La verdad mis amigos no son cualquiera, y los chilangos no se quedan atrás. Esta semana logré que mi horario fuera hermoso gracias a ellos. También uno aprende con qué tipo de personas quiere lidiar y mejor aprovecho al máximo mis otras clases en lugar de andarme desgastando con su burocracia.
Y si ella me aceptó pues... ¡yo no la acepto a ella!
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